

Hace unas semanas hablábamos sobre qué es y que tipos de acero existen. En esta ocasión nos remontamos unos cuantos siglos atrás para contaros, de forma breve, la historia y curiosidades acerca del acero.
Este material tuvo su primera aparición hace más de 3.000 años, exactamente en el año 1.200 A.C, cuando comienza la Edad de Hierro, tildado como el último periodo metalúrgico de la prehistoria.
En estas primeras décadas, el arte metalúrgico se desarrollaba en torno a la forja del hierro con otros materiales, actividad muy propensa en lugares como la India, Anatolia y el Cáucaso que contaban con un sistema de producción de cuchillas y lanzas de hierro endurecido y convertido en acero.
Gracias a los romanos, esta técnica sobrevivió y continuó en el transcurso de la historia hasta el siglo XIV, cuando se introdujeron los fuelles accionados por fuerza hidráulica. Esta nueva mejora en el sistema de producción trajo consigo aplicaciones como las balas de cañón, campanas y tuberías, entre otros.
Fotografía: nobbot.com
Pero no fue hasta el siglo XVIII, en Inglaterra, cuando se mejoraron las técnicas de fundición y de acero. Los altos hornos comenzaron a utilizar carbón mineral, ya que la deforestación disminuyó la disponibilidad de carbón vegetal.
En 1864, los investigadores Pierre y Emile Martin y Carl Wilhelm Siemens fusionaron la fundición con la chatarra del acero. En 1913, Harry Brearley comenzó a experimentar con la prueba del ácido nítrico en aleaciones, lo cual desencadenó la primera aleación del acero inoxidable con fecha 13 de agosto de 1913.
El primer nombre con el que se dotó esta composición fue rustless stell o, acero sin óxido. Hoy en día, se trata de uno de los compuestos metálicos más utilizado en la industria, debido a su fácil modelado, sus capacidades homogéneas, su resistencia a la tracción y su compresión.
Una aleación que, sin duda, cambió la Historia de la Humanidad.
Curiosidades
Quizás, no existe un género más vinculado al sector metalúrgico que el de los superhéroes. Sus trajes modelados a partir de metales fantásticos, sus rayos láser de energía pulverizadora y sus armas fabricadas a partir de un mineral plutoniano. Así son los materiales que salen en muchas de las películas de Marvel, entre otras.
Pero, haciendo un pequeño paréntesis en la enumeración de súper hombres, no hay un personaje tan metalúrgico como Iron Man, El Hombre de Hierro.
Un nombre prehistórico para dotar a un súper hombre moderno, ¿no creéis? Una mala elección, ya que un traje forjado en hierro, conlleva robustez, poca maleabilidad, pesadez y tendencia a oxidarse.
Un pequeño error de contextualización ya que la primera aparición de Iron Man fue en 1963, es decir, cincuenta años más tarde del descubrimiento del acero inoxidable.