Diferencias entre el proceso de galvanizado y el lacado

Es una realidad innegable que en nuestro sector utilizamos un lenguaje técnico bastante complejo de entender para aquellos que no pertenecen a él.

Esto se traduce, en ocasiones, en un cliente que sabe lo que quiere, pero no cual es la palabra que lo define dificultando su comunicación con nosotros, o, por el contrario, si sabe la nomenclatura, pero la técnica que pretende utilizar no es la más adecuada para el trabajo que nos presenta.

Pero para eso estamos nosotros, para aconsejaros durante todo el proceso y, ante todo, proporcionaros la información suficiente para que toméis la decisión más acertada.

Es cierto el famoso dicho de “la información es poder”, por ello, en el post de hoy queremos aclararos una de las grandes confusiones dentro del sector: las diferencias entre el proceso de galvanizado y el lacado.

Recubrimientos galvánicos

La galvanización es un proceso electroquímico, mediante el que se obtiene un recubrimiento de zinc sobre otro metal con un fundido de temperatura a 450º C. Este proceso evitará la oxidación y la corrosión que la humedad pueda ocasionar sobre el material.

Nos ofrece una mayor vida útil, ningún tipo de mantenimiento y la garantía de haber recubierto toda la pieza, tanto por dentro como por fuera.

Lacados de pintura

Este proceso automatizado de pintura en polvo nos permite cerrar la cadena de fabricación al aplicar un tratamiento superficial de lacado al trabajo. Las piezas pasan por un proceso de desengrase y aclarado con agua desmineralizada para posteriormente, ser introducidas en un horno de secado.

Después, se aplicará una pintura según la necesidad de la pieza, para, finalmente, ser introducida en un horno con temperaturas de 220º C hasta finalizar la fase y almacenar la pieza.

Además, existen varios tipos de acabados: mate, satinado, brillo, imitación madera y transparente.